
Inca, la tercera ciudad más grande de Mallorca, es sinónimo de calzado y de piel. Desde sus fábricas salen a diario zapatos de piel a distintos destinos del mundo. La calidad y el diseño, sello de fabricación de la industria de esta ciudad, hacen que sus productos gocen de gran prestigio no sólo a nivel nacional, sino también a nivel internacional.
Conocida como “la capital del cuero” o “la ciudad de la piel”, la industria del calzado la ha convertido, históricamente, en referente de este sector.
Aunque se considera el siglo XIX como el arranque de este sector como motor de la economía, los gremios de zapateros de Inca ya existían desde el siglo XV, siendo de los más antiguos de Mallorca. Las empresas de carácter familiar y con gran arraigo histórico han sido las mayores impulsoras de este sector, logrando constituir marcas asociadas con la calidad y reconocidas en el ámbito internacional.
Inca comenzó a destacar en la manufactura de la piel en el siglo XIV. Desde la década de 1880 hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial la industria del calzado de la isla de Mallorca estaba concentrada en la capital, Palma. Sin embargo, en zonas como Inca se empezaron a crear talleres y fábricas vinculadas al comercio de exportación. Junto a ello, la llegada del ferrocarril a mediados del siglo XIX dió un gran impulso a la industria local, consiguiendo que sus zapatos empezaran a ser exportados a destinos nacionales.
A lo largo del siglo XX empieza a surgir un potente distrito industrial caracterizado por el desarrollo de fábricas de mayor tamaño y mecanizadas, que se unen a pequeños talleres.
Fabricación artesanal en Inca
Con zapatos fabricados en Inca de manera artesanal, Barrats 1890 cuenta con confortables y sofisticadoszapatos para hombre que destacan por su calidad y diseño exclusivo. Por su parte, la colección de zapatos para mujer fabricada, igual que la de caballeros, con las mejores pieles del mercado, pone especial atención a los acabados y los detalles.
Inca es la cuna de nuestra mítica casa de calzado. Desde su fundación, el legado de Miquel Llompart ha ido pasando de generación en generación. Toni Llompart, hijo de Miquel Llompart, sigue manteniendo intactos los valores de prestigio, diseño, comodidad y calidad que en su día aprendió de un gran maestro.